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29 abril 2009

A veces me paro a pensar...

Muy a menudo, con preguntas acerca de mi ineptitud e inexistente asimilación en tiempo real de aquello que acontence. Claro, como estareis imaginando, sucesos sentimentales. Con la madurez que se presupone a mi edad pensaba que había ganado visión y aplomo. Hay quien la espera y se decepciona, otros se la creen y la dan por supuesta, y los menos la intuyen debajo de la superficie, sin estar más cerca de la verdad un grupo u otro. Por lo menos en mi caso.

Sigo creyendo que algo me da la experiencia, aunque sea un poco saber estar. Pero sigo siendo yo... y eso me hace que al día siguiente me quede pensando en lo que podría haber hecho y lo que no. No es algo que me sea nuevo, y no por ello he aprendido a llevarlo o superarlo por completo. Ya tampoco me da tanta rabia como antaño... me estoy empezando a aceptar un poco, lo que no sé si es bueno o malo, si es condescendencia conmigo mismo, pasotismo... o por el contrario es autoconocimiento y aceptación.

No es nada reciente, más bien estaba pensando en incidentes de hará ya varios meses, cuando no años. Podía haberlo enfocado muy distinto. Y sin enbargo no reaccioné. Una vez en particular si que veía lo que estaba pasando, pero era como una película, no podía estar pasandome a mí. Llevaba tanto tiempo esperando una situación parecida que pensaba que estaba malinterpretandolo o que sería una broma. Sigo con esa sensación, pero quizá tendría que haber jugado la baza y no poner cara de "¿tú estas loca chiquilla?. Pero habría cruzado una linea que me juré no rebasar, tiempo ha, y mis errores pasados me atan a esa promesa, para que los pasados no sean futuros.

Todo esto no viene por ningún motivo en particular. Como siempre mi linea de pensamiento es totalmente discontinua e irregular. Caprichosa e independiente de los sucesos en la vida diaria. Solo reflexión y ensoñamiento.

Como la marea... algo así me pasa... los sentimientos siempre vuelven. Sobre todo los que nunca se han ido. Se han sumergido, a veces un poco más alla de la superficie, pero siempre cerca, pendientes de ascender a respirar. Y les hace falta muy poco aire para perdurar. Con tan poco viven demasiado. 

Aire. A penas una inspiración en ese brillante viento, dos reflejos plateados o una insinuación nacarada, y tiene el oxigeno necesario para inflamar y volatilizar la más de las intencionadas y premeditadas indiferencias. Ya no hablemos de un par de atenciones o palabras bien dirigidas.

Es tan complicado hablar de potencialidades. De esperas. De destinos creídos y acontecidos, de visiones cumplidas y sorprendentes, quizá autodirigidas. Probablemente autosugestionadas. Seguramente deseadas. Mas aquí sigo escribiendo sobre este gran circulo, del que quien sabe donde, como y cuando acabará. Ya casí a veces no es la persona, si no la historia lo que me tortura. Hasta que vuelve a aparecer detrás de una esquina y suluz me vuelve a quitar la respiración a nivel celular. Un influjo del que suelo tardar un día o dos en recuperarme.

Nunca he sentido tan mío a Platón y al mito de la caverna como al pensar que cuando uno conoce esa luz, esa claridad, la del cielo de verano... entonces ya cualquier candil no le parece suficientemente revelador. Por más que se acerque a él. Aunque la luz del sol ya únicamente alcance a verla desde detrás de unos barrotes, desde esa distancia que separa y limita, en parte autoimpuesta,  en parte real, quizá de forma extremadamente circunspecta, en parte imaginaria... presente en todo caso y real de facto.



Y a pesar de todo, sé, que no son más que desvarios, química, personalidad,un poco de infortunio y soledad. 

Cualquier otro día, Venus iluminará más que la Luna el cielo nocturno. Y todo esto será lo que es. Un quinceañero atrapado en un cuerpo de adulto con un romanticismo enfermizo. A pesar de quizá no lo sea. Aunque si fuera así se habría borrado con la primera fogata que mehubiera vuelto a quemar despues de haber visto esa luz irreal. Y no... precisamente.

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