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11 noviembre 2007

Página de un diario

 Una mini entrada de un domingo tarde para dejar escapar un poco de presión producida por inquietudes varias...

 Ultimamente estoy en un estado de ánimo bastante especial. Ni estoy más deprimido de lo normal, ni más alegre, aunque como siempre, mi estado de ánimo es variable y demasiado sensible a muchas cosas para mi gusto.

 Pero no es a eso a lo que me refiero... lo que pasa es que reflexiono mucho. Mucho más de lo habitual en mí, que ya es bastante, creo.

 Es problable, por no decir casi seguro, que sea por el mogollón de cosas que me han pasado recientemente.

 Vale, soy raro. Me paso mucho tiempo autopsicoanalizandome, total para acabar usualmente sin ninguna conclusión... solo un diferencial más cerca de la autocomprensión.

 Me ha gustado una frase que he escuchado en un anime sobre lo que significaba el kendo. Y me ha gustado porque es lo que siempre, con su actitud y sus palabras, e incluso también con palabras parecidas, nos ha transmitido nuestro profesor de kendo. Y esa idea es lo suficientemente atractiva como para enamorar. Es una sensación rara, y no es exclusiva del kendo.

Toda persona que entregue su dedicación a un hobby, una actividad, un deporte, una forma de conocimiento, en cierta forma lo hace con esa idea.

 La frase en cuestión, viene a ser algo, sí... no me acuerdo exactamente... "El kendo es el camino para conocerse así mismo a través de la espada"

 Se puede cambiar los sustantivos por muchas actividades, pero la actitud que he tenido la suerte de que me transmitan en clase, mi profesor y los compañeros que tuve al empezar, es propia con otras formas de crecer interiormente, pudiendo ser estas tan diversas como el atletismo, el modelismo de maquetas, el yoga, los idiomas o la fotografía.

 Si uno encuentra una actividad que le transmite el placer, la necesidad y el medio para crecer, reflexionar, autoconocerse, emplear su tiempo y energía... mil palabras que tratan expresar la idea del crecimiento interior... tiene algo que llena, de algún modo, su vida y la hace mejor.

 Para mi es el Kendo y el Iaido, pero antés aprendí mucho jugando a fútbol, o haciendo deporte en general. La lectura. La ciencia. Conocer. Dedicarse a algo. Una actitud.

 Hay tantas formas como personas, mil actividades. Habrá algunas más adecuadas que otras, y dependerá tambien de la persona. Pero si a mi me hace bien el ejercicio del Kendo, si saco algo de jugar con un palo de bambú... es que la actitud es lo importante. Pero... Dios, como me gusta practicar Kendo o Iaido... ni os lo imaginais.

 Siguiendo el hilo autoreflexivo... creo que todo empieza por la oferta de trabajo que me hicieron para irme a Madrid. Me sumió en un estado elucubrativo del que no me he recuperado.

 He pensado sobre el trabajo remunerado, sobre como nos anclamos a un ámbito geográfico, sobre la valía de la persona por sus conocimentos y habilidades, sobre la muerte y la vida, sobre el sexo y como nos emparejamos  y que nos atrae de una persona del sexo opuesto contrapuesto con lo mismo sobre una persona en general...

 De lo artificial o no de estar enamorado, de la necesidad de aventura y de la busqueda de su ausencia, según el periodo vital en que nos encontremos. De la amistad, del proceso de hacer amigos y del proceso de conservarlos, de las razones para conservarlos y el esfuerzo que a veces supone, del poder olvidar a alguien cuando no quieres, de la palabra resignación, del equilibrio, de la fuerza del lado oscuro...

 De lo bueno y lo malo que tengo dentro, de lo que se ve desde fuera y cuanto me importa, a veces, y cuanto no, de las ganas de agradar a la gente y de la indiferencia ante la gente, de lo mismo con los amigos, de lo mismo con alguien con quien te gusta/ria compartir tu vida.

 De los sueños, de lo bueno y lo malo de estos, de los anhelos, materiales y no materiales, de lo licito y ético de estos, de lo egoísta que soy aunque no creo serlo.

 De lo que me gusta en una chica, de lo que no, de como se ve afectado por su apariencia y de como no, de la belleza exterior y de la interior, de como me gusta mirar a una chica guapa y de como realmente no me dice nada una chica guapa... de la belleza, del placer de observar cosas bellas, del sindrome de Stendhal en un sueño que tuve.

 De la música y su relación con los sentimientos, de la música como potenciadora de los sentimientos, de la música en mi vida y de mi inexistente oido músical.

 De la felicidad y su busqueda, de la obsesión por su busqueda, de la realidad misma, de las obsesiones. El relativismo y la seguridad. Los sentimientos. Los sentimientos por alguien. El afecto por las personas, por los amigos. Por un momento, un breve momento detrás de otro, de esa felicidad que es como un goteo , que son pequeñas dosis día a día. Por esa felicidad instantanea, tan intensa que marea, que te falta el aire, que te moririías en ese mismo momento porque ya no necesitas la vida. De ese momento que llevabas tanto tiempo esperando y te decepciona, ese que esperabas te hiciera feliz y no oyes las fanfarrias ni los trinos de los pájaros. De ese momento que solo más tarde paladeas en todo su esplendor. De ese momento que dejaste escapar, sin darte cuenta, tu sueño estaba justo enfrente de ti diciendo tu nombre...

 De la vida y su complejiad, y de su sencillez. Y de los tiempos de cada cosa, de sus ciclos, de los bucles y los fractales vitales. De mis paranoias y fantasías, de mis inquietudes, de mis anhelos y mis sueños, de mis teorías e impresiones acerca de la vida, de sintetizar y analizar. De lo que es la vida, la vida en la tierra, la tierra como organismo vivo, de las analogías que hacía de niño, de las chorradas que pensaba acerca de la ciencia y de las chorradas que pienso ahora. De como me pitan los oidos y de como aunque me vaya a quedar sordo pronto, pienso que alguien esta hablando de mí.

 De que llevo una hora escribiendo de tonterías porque me ofrecieron irme a trabajar a Madrid y no quise irme, teniendo un montón de razones lógicas para irme y un par sentimentales para quedarme, de las cuales una no es admitible ni por mi, ni mi ánimo, pero sigue ahí enterrada en mi subconsciente, afectandome, y encima no es la primera vez que me afecta en lo mismo... pero no podría irme y estar en armonía. De mi intuición y de si es una chorrada, un mecanismo de autodefensa, una forma fácil de autocomplacerme y de ser cobarde o si existe en verdad una forma de conocimiento, de analisis no consciente de información y que se manifiesta con sensaciones...

 He divagado sobre tantas cosas en las dos últimas lunas que ya no recuerdo ni la mitad de los enfoques, de los sentimientos o las sensaciones, pero me queda la sensación de haber recorrido un cámino, no digo que necesariamente haya madurado, avanzado, crecido, mejorado o aprendido, pero desde luego, me he movido, porque estoy en un sitio diferente.

 ¿Ahora qué? No ha cambiado nada, pues como siempre, en cada momento se abren muchas opciones, elecciones, caminos y según los escoja, variará todo o no, destino, libre albedrío, estadística, aleatoriedad, caos, estados cuanticos, fractales... tonterías... desde luego. Sé por los sitios que quiero pasar, en particular por uno de ellos, lo cual hace que todo sea más difícil, y que este sea casi imposible de alcanzar.