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04 octubre 2009

Intuición

Por intuición se entienden muchas cosas, pero yo hace ya tiempo, que concibo el concepto como una forma de conocimiento que es procesado no conscientemente.

Seguro que no es una conclusión a la que llegase por mi mismo, de hecho, sé que fue parte de mi educación en el instituto y en la clase de filosofía con mi profesor Héctor, donde llegué a asimilar este tipo de conceptos y a tener una base un poco más sólida que la gran mayoría de gente, tanto para conocerme mejor, como para analizar mi forma de pensar, o para saber un poco acerca de la psique y sus métodos.

Una consulta rápida, Intuición en la Wikipedia, puede daros una idea vaga, pero bastante cerca a ese concepto que manejaba yo, y que parece que es similar a una parte de la definición que se da al termino actualmente en la comunidad científica. Cosa que hace que parezca un poco menos desvarío y un más cerca de la verdad (aunque tampoco mucho realmente, en si mismas, por hecho de la contrastación científica).

Yo, a lo largo de mi formación, de mi educación, poco a poco, y sobretodo a partir de los 20 años, cuando de verdad creo que maduré racionalmente hablando (no a nivel de personalidad... que aún me queda para eso)... y empecé a darme cuenta que podía hacer cosas que antes no, a cuestionarme cosas, a analizar razonar planteamientos por mi mismo y discernir, bajo mi criterio, si eran mejores o peores, observé momentos a lo largo mi vida académica, en los que sin proceso racional consciente, se me presentaban conclusiones que luego, analizadas con calma, razonadas y comprobadas, normalmente eran correctas. Siempre bajo mi propio prisma. Pero me llamaba la atención.

Solía pasarme sobre todo en clase, cuando un profesor explicaba alguna materia, y principalmente si esta era de mi agrado e interesante, que cuando estaba siguiendo con atención el hilo de la clase, muchas veces me adelantaba a la conclusión sin estar pensando en buscarla, simplemente atendidendo al profesor me aparecía en la cabeza. Muchas veces tuve que callarme para no parecer repelente, aunque no siempre, y sobretodo me permitía participar cuando los profesores eran los adecuados. De todas formas no era algo que pasase siempre y en todos los temas. Tampoco me pasaba a diario, ni en los temas que me costaban... solo en materias donde lógicamente se pudieran llegar a conclusiones, o donde tuviera experiencia y/o conocimientos previos.

Luego con el tiempo, he pensado en mi vida académica en general, y viéndolo desde la distancia, creo lo que hizo que destacara en los inicios más tempranos de EGB y luego que fuera un estudiante medianamente bueno en el instituto, fue esta misma "característica" mía. En el colegio asimilaba fácilmente los contenidos, solo con prestar atención, y digamos que se procesaba todo, de una forma en la que no tenía que estudiar para los exámenes de primaria, solo refrescar la lección con una lectura el día de antes, y explicar los temas como si estuviera hablando en las pruebas por escrito.

En el instituto me encontré con una supuesta inteligencia y capacidad, que no era tal. No tenía método de estudio, como me fui dando cuenta con el paso de los años, y mis tutores intentaron hacerme ver, pero no entendí hasta hace poco como funcionaba eso. Con mi habitual trabajo de atención en clase y algo de trabajo en casa, fuí sacando los cursos con unas notas aceptables, que dentro del nivel de la clase eran destacables, y que a nivel absoluto eran buenas, dado el buen nivel de exigencia en el instituto y a unos docentes bastante buenos.

Aún así, comparándome con los 2 ó 3 compañeros que tenía por encima de mí en notas en clase, me sentía frustrado, porque era incapaz de hacer ciertas cosas. No era algo que me atormentase, pero lo percibía. Sobre todo con un compañero que era un máquina en matématicas y lógica, y a mí me resultaba imposible aprender entendiendo las demostraciones de teoremas matemáticos. Acabé sacando el BUP y el COU aceptablemente, pero yo mismo me dí cuenta que aunque fuera de ciencias, las asignaturas de letras se me daban mejor. Las materias descriptivas no me costaban de asimilar y luego con mi buena memoria, e hilvanando los esquemas relacionales entre conceptos, podía vomitar exámenes bastante legibles sin un esfuerzo tan grande de memorización como el que me requerían las demostraciones de matemáticas, o los procesos de problemas químicos.

Solo en filosofía y en física, me sentía capaz de razonar, discernir y valorar los temas más de una forma global. Fue una suerte, porque luego en mi elección de una ingeniería técnica, esta base de física fue la que me permitió ir aprovechando y asimilando las materias, e ir avanzando en la comprensión de muchos campos, interrelacionandolos y llegando a una globalidad integradora. También hizo que en mis años de universidad echara de menos las clases de ética y filosofía.

A veces he pensado acerca si me equivoque en mi elección de un bachillerato de ciencias. Porque quizá podría haber sido algo más que un mediocre ingeniero en una carrera más descriptiva, donde mis habilidades intuitivas para el análisis, pero sobretodo para la síntesis de esquemas mentales válidos me podrían haber servido de mucho. De todas formas estoy contento con mi formación, aunque ahora seguramente me habría ido a estudiar arquitectura, la perdedora en mi elección final, ante una ingeniería.

Durante mis años universitarios, como comento más arriba en este texto, fui madurando psicológicamente, y empece a poder razonar esas cuestiones y de esa forma, incluso en asignaturas que me fueran menos agradables. Francamente creo que fue un tema de edad y de madurez. Las intuiciones más fuertes, en las que mi cerebro inconsciente digería cosas más rápido que la parte consciente, siguieron llegando principalmente en el mismo tipo de materias donde me sentía a gusto, pero empece a ser capaz de valorar, enjuiciar, razonar, discutir dialécticamente muchos más temas, y he llegado a creer que podría haber sacado mucho más partido a mi educación de instituto si hubiera "madurado" antes.

Volviendo a la intuición, al principio me sorprendía de esta forma de sacar conclusiones por adelantado, y pensaba que ya había leído acerca de esto, o que ya lo sabía y lo había olvidado. Es algo dificil de exteriorizar o de explicar en general, y supongo que todos, en mayor o menor medida, lo tenemos ahí. Hay que relativizarlo todo mucho, porque así leído parece algo mágico o esotérico, pero es una parte de nuestra forma de pensar, nos demos cuenta de ello o no, lo único que es muy sutil y al centrarte en hablar de ello parece más notorio de lo que es.

Lo he usado en la vida académica, y en la vida real, en el trabajo, y en las relaciones con las personas. En el trabajo pienso que es parte de mis características personales favorables, y me ayuda mucho al asimilar cosas y hace que mi curva de aprendizaje sea exponencial. Al principio me cuesta, como a todo el mundo, incluso más, porque analizo todos los conceptos y me fijo mucho en el detalle, pero luego, con algo de tiempo, cuando he procesado y reconocido los procesos y datos principales, creo que tiendo a asimilar mucho más rápidamente y sobre más profundamente los conceptos, siendo capaz de interrelacionar y usar la información y razonar los procesos de forma más global antes de lo habitual. Sobre todo a partir del momento en el que tengo una base suficiente para dejarme llevar en los procesos racionales y aportar intuitivamente según voy analizando situaciones.

En las relaciones interpersonales, creo que es algo parecido. Sin tener una gran experiencia, por ser una persona tímida, he sido capaz, a través de la experiencia, por supuesto, de comportarme más parecido a lo que sería una persona extrovertida, de lo que realmente soy.

Aunque por supuesto, en estas lides, la intuición me falla, o la limito de una forma mucho más activa, sobretodo en ciertas situaciones. En particular me vienen a la cabeza situaciones en las que mi intuición me gritaba a pleno pulmón cosas que sabía fehacientemente que no podían ser verdad. Aunque ha habido veces que lo eran. Si, claro, en relaciones con personas del sexo opuesto ;) Pero claro, si uno se siente tan atraido por alguién, por una persona en particular, se pude confundir deseo con intuición.

Luego, con el lado más esotérico y personal, he tenido intuiciones, que más que ser eso en si mismas, eran sentimientos vestidos de tales. Me pasa, e intento desenmascararlas, pero no siempro llego a ello. Saber que mi sitio es este, pensar que no quiero irme, o que esa relación no es parte de mi futuro, este trabajo no te conviene, o que aquella persona es... Cosas de ese estilo, que son irracionales, que las sentimos místicas o como parte de una revelación del destino... en mi opinión son sentimientos muy fuertes procesados por el mismo mecánismo intuitivo, pero en su vertiente emocional.

También, aunque se que lo son, sensaciones no conscientes, me ayudan a valorar cosas que son dificiles de racionalizar, pero que no son para nada poco importantes, y que las vemos sin ser plenamente conscientes de ellos. Por eso muchas veces tenemos buenas impresiones de personas, puestos de trabajo, lugares... sin saber porque exactamente, y al revés. Con un detallado analisis podemos llegar a conclusiones que refuercen esa intuición o primera impresión, pero es sorprendente la rápidez de proceso para estos menesteres de nuestra psique en segundo plano.

Yo, por lo menos, le doy un valor considerable a estas cosas, sabiendo que tiene un margen de error, una voluptibilidad y una permeabididad con nuestros propios deseos mucho más grande que la parte racional.


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