Visto en la página de "tuenti" de un buen amigo, me he quedado embobado escuchando:
El Cello me encanta por, lo que a oidos de un profano en música, son sus peculiares tonos graves y esos ritmos y cadencias tan marcados de las piezas, aunque también la viola y el violín a su modo me gustan, cada uno con sus características.
Pero como siempre, me quedo embelelasado pensando en lo desconocido e impresionante que es para mí la composición y lo maravilloso de la interpretación. Tiene algo de magia, de milagro. Supongo que será la mística de lo incomprendido y lo desconocido, pero si es por eso, me parece que la música es lo ideal para vivir la ignorancia y de lo poco, que dentro de lo ignoto, te permite apreciar la grandeza.
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